cuerpos y alas

Estoy feliz, es un buen día de calorcito y humedad (¡claro, cómo puede faltar la humedad che!), hay mucho mucho sol (está caliente, temo que el verano sea durísimo como este invierno que se va) y se puede usar pollera y pasear. Los árboles están llenos de brotes nuevos que anuncian la primavera en camino, como si la tierra estuviera embarazada de primavera y por parir. Es divino. Todo fluye y confluye, las cosas van cambiando, las constelaciones (ultimamente estoy muy colgada con el horóscopo y los astros, viniendo de una cunita intelectual mis cuelgues espirituales pujan fuerte y todo junto hace un combo interesante para pensar y divagar horas), los sueños, las ganas, las personas. Es un buen momento, lleno de promesas. Y lo que vale no es que las promesas se cumplan, sino el sentimiento profundo de compromiso y amor al futuro, las ganas de echarle luz y vivir con luz ante lo que hay y lo que vendrá. Eso creo que es la felicidad para mí.

Y hace unos días hice un dibujo mientras escuchaba una canción de Las Pelotas, esta canción, y la dejo porque es linda. ¡Feliz fines de agosto a todos! Gracias por los saludos de cumpleaños, empiezo estos veintiséis con mucho amor y ganas de trabajar y hacer cosas copadas, y estrellitas y arcoiris y burbujas, picnics y un abrazo fuerte a la vida. Y ustedes... Ustedes, que aunque a veces ni tengo tiempo para comentarles o postear yo... pfff... ¡si serán parte de eso! :D