lunes, 18 de febrero de 2013

la vida sigue


Las tragedias al sol, el silencio, las estrellas, el fuego fueguito de lejos, el faro.
Qué habrá pasado en un corazón para elegir pararlo. Fin. Se acabó. Para decir chau, acá me quedo, ya no puedo. Para abandonar a quienes quedan aquí con nosotros y largarse a los abismos y las estrellas. No sé, nadie sabe. No es tu culpa, no, no es. Porque cada vez que me encuentro en la inmensidad de una noche abierta para mirar las estrellas me siento enormemente sola y sé que cada uno llega y se va tan solo como acompañado. No es tu culpa, no es la culpa de nadie. Cada uno se hace cargo de su vidita como puede, y quien intenta encargarse de la de otros se frustra y sufre, porque nuestra vida es el cachito de responsabilidad que nos fue encomendada. Así funciona, la vida se ha repartido a sí misma en miles de fragmentos para poder conducirse de a puchitos; para poder entenderse a sí misma, tuvo que inventar el tiempo y el espacio, los seres y las cosas. Me preguntaron para qué vinimos a la vida y no contesté que vinimos a eso porque estaba enojada y triste, pero de todas las cosas que he leido, esa me parece la más coherente y la que más me toca el corazón, y así es que yo intuyo la Verdad. Pero no lo sé.
Venimos a la vida con la vida, a ser la Vida. Es el pedacito de Todo que nos es dado, y en miles de vidas entendemos nuestra existencia. No podemos entender las de los demás, apenas la nuestra. No podemos echarnos la culpa por la ineptitud, el miedo, la tristeza de otros. No. Cada uno cuida su pequeña, gigante carga, su sagrado tesoro. Y aún en la tristeza más triste, en la decisión más espantosa, la vida no acaba. La vida sigue. En otra vida, en otro planeta, la vida sigue. Somos eternos, y la vida sigue. No sé cómo, pero sigue y seguirá hasta que todo esté bien.

La foto es un autorretrato que me tomé en el Cabo Polonio la semana pasada. El post, como es evidente, lo escribí en la madrugada del lunes, momentos después de enterarme de que alguien que conozco -que apenas conocí, pero era cercano a personas cercanas a mí- decidió suicidarse, y una semana después de que Mariana me contara que su amado había tomado la misma decisión.

6 comentarios:

  1. Exacto, responsabilidad.

    besotes

    Carola

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  2. fue muy triste lo que le paso a Mariana...
    Escribiste muchas verdades Renata
    Beso enorme

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  3. Sos una poeta ¿lo sabías?
    Decís que no tenés paz, pero a mí me la transmitís. En serio. Y soy muy selectiva con lo que leo. Creo que detecto las personas que hay detrás y que dicen algo que vale la pena leer.
    ¿Y esa rodillita? ¿qué tal?

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Gracias!! Me encanta que pases, y me encanta que comentes!

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